martes, 27 de julio de 2010
Capítulo 4.
Abro los ojos, algo de luz aparece por los espacios de la ventana. Me remuevo en la cama y miro el reloj... 6:00.
Bueno, me queda una hora de sueño aún. Cierro los ojos y vuelvo a mi sueño.
7:00:
Mamá abre la puerta:
-Venga hija, despierta o llegarás tarde.
-Ya vooooooooooooy.
Me levanto frotándome los ojos. Bueno, otro día nuevo, vamos. Mientras me visto y bajo a desayunar pienso en el horario, mis amigos.
Desayuno rápidamente, ya son las 7:56
Bien, salgo por la puerta y veo el autobús llegar a mi puerta, como todos los días, asomo la cabeza por la puerta y me despido.
Subo al autobús, hoy está algo más lleno que ayer, me siento en un sitio, sola.
A los 5 minutos para de nuevo el autobús, se abren las puertas y entran los chicos de el equipo de rugby.
Los miro a todos entrar y veo a Mitchel, me saluda y se sienta al lado mío:
-Hola Megan- Me dirige una sonrisa.
-Hola Mitchel. ¿Qué tal?- sonrio.
-Bueno, bien, ¿y tú?
-Genial.
Por el momento nuestra conversación acabó ahí, al rato, decide seguir hablando conmigo:
-Bueno, ¿qué te parece el instituto?
-Es una pasada, la verdad es que me alegra haber entrado aquí.
-Sí, a mí también me alegra que hayas entrado, espero que seamos buenos amigos- sonríe y se cambia de sitio.
''Bueno... vale... eso espero.'' Pienso.
El autobús para y se abren las puertas, ''Ya hemos llegado'' Pienso.
Espero un poco a que bajen todos y así poder bajar si prisa:
-Venga niña que tengo que recoger a más alumnos, que no eres la única- ''Este conductor es tonto'' Pienso mientras bajo algo más deprisa las escaleras.
Se cierra la puerta y se esfuma el autobús.
Espero a Sophie, pero a los 10 minutos de estar esperando recuerdo que iba a faltar a la 1ª clase, tenía que ir al médico. ''Bueno, me sentaré con otra gente en clase''
Entro a clase y me siento en un sitio libre, saco todas mis cosas al rato entra Sophie, me busca con la mirada y se sienta al lado mio. La miro sorprendida y le suelto:
-¿Tú no ibas al médico?
-Me mira- Sí, pero ha ido más rápido de lo que pensábamos, ¿tan rápido te quieres librar de mí para irte con Mitchel? ¿eh, eh?
-¿Qué dices? Ö
-No sé, es que... pegáis.
¿Pegamos?, ¿cómo que pegamos?
-No sé, nada... déjalo...
Me dejó pensativa durante toda la clase, gracias a Dios que era Religión (Y nunca mejor dicho) y no hay que prestar NADA de atención en esa clase.
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